Antecedentes

El péndulo de Newton es un juguete compuesto por cinco bolas idénticas, cada una de ellas cuelga de un bastidor por un par de hilos de igual longitud, de manera que todas ellas están en contacto y alineadas. Cuando se separa una de las bolas de un extremo y se deja que choque contra las otras, se observa que la bola que hay al otro extremo se pone en movimiento y alcanza la misma altura que la bola que se soltó inicialmente, mientras, el resto de bolas está en reposo. Su funcionamiento está basado en la ley de transferencia de energía, con el paso de energía de un cuerpo físico a otro y sin el uso de una alimentación externa.
Fue inventado en 1967 por el autor inglés Simon Prebble con el fin de demostrar la conservación de la energía y de la cantidad de movimiento, de manera de manera muy gráfica las leyes del movimiento, mas conocidas como las leyes de Newton. Una de ellas, la ley de la conservación de la energía, que afirma que la energía no se crea ni destruye solo se transforma. Su nombre es un homenaje al científico y matemático Isaac Newton.
A pesar de ello, desde el año 1905, la física clásica de Newton fue remplazada por la física moderna, a raíz de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que revoluciona el mundo de la física, ya que rompe con las leyes de movimiento de Newton. La teoría de espacial de la relatividad demuestra que nuestras percepciones del espacio y el tiempo son flexibles y cambiantes, es decir, no son valores absolutos, puesto que nuestra percepción debe cambiar para que la velocidad de la luz sea siempre igual.
En septiembre del mismo año Einstein publicó la ecuación , es decir que la energía (E) es igual a la masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz (c) al cuadrado. La ecuación significa que la energía y la masa son cantidades equivalentes: la masa se transforma en energía, y viceversa, son cantidades directamente proporcionales. “El principio de la relatividad junto con las ecuaciones de Maxwell demandan que la masa es una medida directa de la energía contenida en los cuerpos”, escribió.
Lo anterior se comprueba en el año 1933, en parís, cuando Irene y Frédérick Joliot-Curie observaron que un quanto de luz, que transporta energía, cambiaba transformándose en dos partículas que curvaban su trayectoria alejándose una de otra, la conversión de materia en energía. En Cambridge, Inglaterra, fue observado el proceso inverso, la conversión de masa en energía. J. Cockcroft y E.T.S. Walton observaron que un átomo podía fisionarse y la suma de las masas de los fragmentos era menor que la masa total del átomo inicial, la diferencia de masa se había convertido en energía.
Por otro lado, y para finalizar, cabe resaltar algunos de los intentos y “avances” en la creación e invención de máquinas de movimiento perpetuo, artefactos capaces de andar de manera permanente y generar energía propia al mismo tiempo. La primera de estas data aproximadamente en el siglo VIII, en el Imperio Merovingio, en la actual Bavaria; una rueda mágica que aún no se comprueba si se trató de una realidad o una leyenda surgida con posterioridad.
Y así como la primera, ninguno de los intentos que le prosiguieron en la Edad Media y Moderna pudieron ser comprobados; uno de los pocos inventores, que reconoció la imposibilidad de construir dichas máquinas, fue el ingeniero florentino Leonardo Da Vinci que se convenció, tras intentarlo, que no era posible construir tal cosa.

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